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CORPUS CRISTA.



​La nueva serie de fotografías de Ricardo María Garibay, siempre dentro del tema del desnudo femenino, parece alejarse, quizá sin lograrlo del todo, del erotismo que, aún dentro de la insinuación mística del discurso plástico, resulta inherente de la forma femenina de innegable belleza y seductora plasticidad.
Retoma Garibay la imagen del Cristo de manera por demás sutil, ya que el referente existe sólo en la pose, sin llegar al uso de elementos exógenos como la cruz, sin embargo la asociación resulta clara a la vista del espectador. La ductibilidad de la modelo le permite insinuar apenas la paráfrasis sin llegar nunca a lo obvio, por lo cual no puede causar rechazo ni aún en las mentes más cerradas.
¿Pero que encierra este nuevo discurso en la obra de Garibay? Sin duda un discurso que tiene mucho de feminista, la reivindicación de la mujer como símbolo de la salvación del mundo (salvatio mundus), a través de la aceptación y entrega a un sufrimiento universal, dentro del pensamiento cristiano; “la salvación por medio del sufrimiento”.
¿Acaso no ha sido la mujer a través de los siglos el cordero pascual? ¿La que da a luz con dolor, la que goza, sufre y llora en y por cada uno de sus hijos, la que ama sin reservas, la que soporta el maltrato y la discriminación? Y también la que se levanta envestida de dignidad, la que es capaz de decir ¡Basta! Blandiendo el mismo látigo que alzó Jesús contra los mercaderes en el templo. Quizá la paráfrasis sea otra y Garibay nos esté mostrando la parte femenina del Cristo mismo, esa parte dulce y reflexiva que existe en el interior de cada hombre, por mucho que se empeñe en ocultarla.
En cualquiera de los casos, el discurso resulta válido, el montaje previo a la toma fotográfica posee plasticidad y belleza, la elección de la modelo es perfecta, la iluminación magnífica y el resultado final posee un exquisito equilibrio, una total ausencia de grandilocuencia dramática. Más allá es el espectador quien tiene la palabra.

                                                                                             Gabriela Dumay.

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